En septiembre arranca la prórroga de los Ertes, lo que dificulta cumplir con los plazos.
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha comunicado a empresas y sindicatos que la negociación para el nuevo Estatuto de los Trabajadores debe estar cerrada en el mes de octubre, según fuentes de los negociadores. De hecho, los dos últimos borradores del Real Decreto-Ley, de modernización de las relaciones laborales (del 14 de julio y del 30 de junio) tiene como fecha el mes de septiembre. El Gobierno se ha comprometido con Bruselas a que esta reforma esté finalizada antes de que acabe el año, lo que implica que debe como mínimo en debate parlamentario.
Agosto, inhábil
Sin embargo, estas mismas fuentes apunta dificultades para cumplir lo plazos. Pero de pronto, esta semana no se ha realizado la reunión y la del próximo miércoles 28 podría ser la última de vacaciones. Desde la CEOE han solicitado al Ministerio de Trabajo que se respete el mes de agosto como descanso. Y en septiembre, según señalan los negociadores, debe arrancar las negociaciones para una nueva prórroga de los Erte que finalizan el 30 de septiembre y que continuarían, previsiblemente, final de año.
Aunque en teoría la prórroga de los Ertes debería resolverse en una reunión, dos a lo sumo, las anteriores negociaciones se han resuelto casi al límite de los plazos. En las anteriores, la negociación de los Ertes paralizó la mesa de diálogo social que negocia la reforma del varios artículos del Estatuto de los Trabajadores (ET).
Pero más allá de problemas de calendario, las dificultades en que está inmersa la negociación hacen prever que el plazo de octubre no es viable, especialmente si Yolanda Díaz pretende cerrar la reforma con un acuerdo a tres bandas, algo que esté en sus ADN.
La CEOE-Cepyme ha mostrado su rechazo a los grandes reformas que ha planteado Trabajo, especialmente en la parte del control de la temporalidad, con la implantación generalizada del contrato de fijo-discontinuo para aquellas trabajos de naturaleza estacional o vinculadas a campañas. Una exigencia que tendrá un fuerte impacto en los sectores de construcción y agricultura. En el primero, la eliminación del contrato fijo de obra se ha convertido en una punta de lanza de las últimas reuniones de la mesa de diálogo social.
Hasta tal punto que en la última reunión del 14 de julio, se sumaron a la delegación de la CEOE Pedro Fernández Alén, el presidente de la CNC, patronal de la construcción, y una asesora enviada por Asaja, la asociación agrícola de la patronal CEOE. Asistentes a la reunión destacan que buena parte del tiempo se dedico a negociar la desaparición del contrato de fijo de obra.
El Ministerio de Trabajo defiende que es posible sumar a la CEOE a un acuerdo
Fuentes sindicales consultadas por eE resaltan la escasa disposición de la CEOE de llegar a un acuerdo con los actuales términos. Una posición que se refuerza, según estas mismas fuentes, por las desavenencias entre la vicepresidente primera, y responsable del área económica del Gobierno, Nadia Calviño, y la vicepresidente segunda, Yolanda Díaz. La primera no está de acuerdo con el conjunto del contenido de la reforma presentada por la segunda a los negociadores. Sin embargo, estas mismas fuentes apuntan que desde el Ministerio de Trabajo consideran que es posible sumar a la CEOE-Cepyme a un acuerdo.
El último borrador establece cambios en los artículos 11, 12, 15, 16, 41, 42, 47 bis, 49, (se retira la reforma del 52), 55, 84, 85, 86, e introduce cinco disposiciones adicionales, tres transitorias y una derogatoria.
Rechazo frontal de Garamendi a la contrarreforma
Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, mostró ayer durante la Asamblea General de Cepyme su oposición frontal a la que califica como “contrarreforma laboral” y aseguró que, de momento, el Ministerio de Trabajo ha puesto sobre la mesa planteamientos que, en su opinión, introducen “mucha mayor rigidez y desincentivan la creación de empleo”.
Garamendi insistió en que no se deben poner “más palos en la rueda” a las empresas de los que ya tienen, “con subidas de impuestos o cambiando cosas como está pasando ahora y como es el caso de la famosa reforma laboral”. Ante esto, el representante de los empresarios instó al Gobierno de coalición a impulsar medidas que generen un clima propicio de negocio, con la prioridad de crear y sostener el empleo.
El presidente de la CEOE advirtió de que las empresas están “muy tocadas” y tienen problemas de solvencia, especialmente las pymes, y ha pedido al Gobierno impulsar medidas que generen un clima propicio de negocio, con la prioridad de crear y sostener el empleo.
Por su parte, el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, anunció que el marco económico empresarial de la España de las próximas décadas se está definiendo hoy, “más o menos veladamente” y “sin los necesarios consensos que tan importantes decisiones merecen”.
Cuerva trasladó el rechazo de la organización y pidió “cautela” en la adopción de contrarreformas y medidas -como la reforma laboral, la subida del SMI o el incremento fiscal que pretende el Gobierno- que, en su opinión “no son buenas” y el país no puede permitírselas en este momento. Destacó que la “agenda reformista, o contrarreformista” impugna el modelo económico actual que rige España.
El presidente de Cepyme destacó el papel desempeñado por las pequeñas y medianas empresas en estos dieciséis meses de crisis y reclamó mayor eficiencia y agilidad en las ayudas, “que se han aprobado tarde y no están llegando a las empresas, además de ser insuficientes”, dijo en su discurso.
(Noticia extraída de El Economista)