El destope afectará a trabajadores de mediana edad, alta cualificación y a empresas grandes.
La reforma de pensiones aprobada en marzo por el entonces ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, incorpora paulatinamente las medidas pactadas con la Comisión Europea. El plan que trazó el Gobierno para convencer a Bruselas de que la sostenibilidad del sistema de pensiones está garantizada a largo plazo pasa por mejorar los ingresos por cotizaciones sociales, sin racionalizar el gasto. Además del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), la ‘sobrecotización’ que se aplica sobre todas las nóminas y pasará del 0,6% al 0,7% el próximo curso, la subida proyectada de las bases máximas de cotización se realizará aplicando la nueva fórmula: variación media de la inflación más 1,2 puntos adicionales. Este cálculo destopará las bases máximas en el entorno del 5%, alcanzando a los salarios de 56.600 euros anuales.
La inflación media prevista para este curso cerrará en la horquilla del 3,6% y el 3,9%. La Ley de la Seguridad Social, actualizada en marzo de urgencia para aprobar una reforma que ya estaba fuera del plazo comprometido, establece que la base máxima de cotización crece con la inflación media más esos 1,2 puntos adicionales. Como la base máxima actual roza los 54.000 euros, una actualización de entre el 4,8% y el 5,1% movería este límite hasta la horquilla de los 56.600 euros a 56.750 euros anuales.
La novedad de esta reforma es que establece un cálculo concreto y una metodología para actualizar el límite superior de cotizaciones que va más allá de la variación de precios. Previamente, los expertos denominaban a la subida de las bases máximas de cotización la ‘reforma silenciosa’, ya que históricamente ha subido a través de los Presupuestos Generales del Estado (PGE).
También es importante resaltar que el plan para elevar la base máxima, que arranca en 2024 y llegará hasta mitad de siglo, ampliará la brecha con la prestación máxima del sistema, que subirá ligeramente por encima de la inflación.
A quién afectará más
El Banco de España explica, en base a datos de la propia Seguridad Social, que hay 1,3 millones de afiliados (casi el 7% del total) en la base máxima de cotización, con una mayor presencia de los hombres que de mujeres (8,2% frente a 5,1%).
El crecimiento de la base máxima de cotización tendrá un impacto desigual entre trabajadores y empresas, como así lo tendrá el plan para de subidas de cotizaciones sociales entre todas las nóminas de los trabajadores y empresas. La reforma “se caracteriza la heterogeneidad entre los trabajadores y las empresas con respecto a la incidencia del tope legal establecido sobre la base de cotización”, apuntaba el organismo.
Los trabajadores de mediana edad son los más afectados por este destope y por la cuota de solidaridad que se comienza a aplicar con la nueva reforma de pensiones. Entre los 44 y los 63 años, el 8% de los trabajadores está en la base máxima. Especial incidencia para los trabajadores de 60 y 62 años, pues más del 10% está en ese límite superior.
Las empresas grandes, por su capacidad económica, tienen más margen para subir salarios. Lo demuestra el número de trabajadores que tienen en base máxima: el 9,7% de los trabajadores de las firmas grandes (entre 50 y 500 empleados) y el 13,8% de los salarios de las empresas muy grandes (más de 500 puestos).
Los sectores más afectados, según refleja el Banco de España, son la industria de servicios financieros, los consultores de gestión empresarial, los servicios informáticos o servicios sanitarios. En estos cuatro sectores, las ratios de trabajadores sujetos a la base máxima serían del 54,4%, 20,2%, 19,3% y 17%, respectivamente.
Sin embargo, los trabajadores con rentas salariales que superan la base máxima prevista tampoco van a escapar de los efectos de la última reforma de Escrivá. Para el tramo salarial que exceda dicho límite, el Gobierno ha creado la denominada cuota de solidaridad. Impone tramos y los tipos aplicados variarán entre el 0,92% y el 1,17% el próximo 2025 y aumentarán año a año hasta alcanzar un tipo mínimo del 5,5% y un tipo máximo del 7% en el año 2045.
(Noticia extraída de El Economista)