El empresario deberá tener en cuenta que también tendrá que abonar las cotizaciones sociales, además del sueldo
Cuando una empresa desea contratar a un trabajador, no solo se pregunta sobre los trámites que debe realizar, sino que también el coste que implicará la contratación.
A la hora de realizar un contrato, las empresas deben abonar las cotizaciones sociales y el salario bruto del trabajador. Así, el pago a la Seguridad Social por parte de la empresa se distribuye en contingencias comunes, contingencias profesionales, formación profesional, desempleo y FOGASA.
Las contingencias comunes, según explican en el portal AyudaTpymes, cubren las enfermedades y accidentes no laborales del trabajador, así como la pensión y las bajas por paternidad y maternidad. Para la empresa este concepto suele suponer un 23,60% del salario bruto de su trabajador excepto los contratos de duración igual o inferior a 5 días que suben hasta el 40%.
Cálculo del coste
En materia de contingencias profesionales, esto es, los accidentes laborales y enfermedades profesionales, el porcentaje a aportar por la empresa suele variar en función del nivel de peligrosidad del trabajo.
En cuanto a las cotizaciones por formación profesional, se repercute un 0,60% del salario bruto del trabajador y un 0,10% del salario neto del empleado. En un contrato parcial, el porcentaje de desempleo suele ser un 6,70% para el empresario.
Por su parte, el FOGASA, que es el Fondo de Garantía Social, se emplea en el caso de que haya un impago por parte de la empresa. El porcentaje se aplica al empresario y es del 0,20%.
A la hora de calcular el coste laboral de un empleado habrá que tener en cuenta el salario que se destina al trabajador, así como todos los porcentajes vistos anteriormente. En el caso de que se vaya a contratar a un trabajador a jornada completa y se le vaya a destinar un sueldo de 1.100 euros al mes, habrá que restar primero al salario las cotizaciones del trabajador y, posteriormente, sumar lo que la empresa debe cotizar por el empleado, por lo que la empresa podría pagar 1.367,85 euros brutos al empleado, aunque este perciba como neto a final de mes solo 1.008,15 euros.
(Noticia extraída de Cinco Días)