Los profesionales sostienen que el impuesto a la riqueza incentiva las fugas

Dos de cada tres asesores fiscales aseguran que han aumentado las deslocalizaciones fiscales de sus clientes a otros países justo cuando entró en vigor el nuevo impuesto a las grandes fortunas que homogeneiza parcialmente la tributación a la riqueza entre comunidades. Los datos se extraen de la encuesta elaborada por el Institut d’Economia de Barcelona (IEB-UB) que anualmente pregunta por la situación tributaria en España a casi 5.000 asesores fiscales.

Ese impuesto equipara el pago de impuestos de los grandes patrimonios en toda España a partir de 3,7 millones. Sobre las consecuencias de esa medida, los fiscalistas sostienen que incentivará la deslocalización fuera de España y desincentivará la que se venía dando entre comunidades autónomas. Antes de ese impuesto, en Madrid y Andalucía no se pagaba nada por patrimonio al estar bonificado al 100%.

La recaudación por sociedades, que crece un 20%, supera al que se consiguió antes de la pandemia

De las respuestas de los fiscalistas se infiere que este proceso de fuga de domicilios fiscales en busca de una mejora de la tributación proseguirá. Casi un 70% de los asesores manifiesta que han crecido las consultas de sus clientes sobre cambios de residencia. Lo más grave es que más del 40% sostiene que mayoritariamente los cambios de residencia fiscal al extranjero son ficticios. Cuando es dentro de España, el porcentaje que cree que es el cambio es falso es aún mayor.

Jose María Durán-Cabré, director del IEB coautor de la encuesta junto a Alejandro Esteller Moré, sostiene que es factible que el incremento de las salidas al extranjero sea por el nuevo impuesto. El profesor de la UB añade que ese proceso de aumento de fugas de contribuyentes se mantiene a lo largo de los cuatro años que se ha realizado la encuesta.

La encuesta del IEB fue publicada este jueves por Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF), órgano especializado en fiscalidad del Consejo General de Economistas (CGE).

Los encuestados, al ser preguntados sobre su percepción de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT), consideran que es una entidad “con medios tecnológicos muy avanzados que tiende a aplicar los tributos con criterios predominantemente recaudatorios”. En este sentido, los encuestados subrayaron “la dureza de los procedimientos de comprobación y, especialmente, de los de gestión”.

En el mismo acto, el REAF opinó que el alza de la recaudación del impuesto sobre sociedades de un 20,84% en el 2022 es gracias fundamentalmente a la evolución de los beneficios empresariales. El aumento de los ingresos del impuesto no solo superan a los del año anterior a la pandemia (2019), sino también (en un 50%) a los del 2007.

(Noticia extraída de La Vanguardia)