Las compañías reclaman al Gobierno que busque grandes acuerdos políticos y sociales, prorrogue los ERTE y dé prioridad al mantenimiento y la creación de empleo.

Los grandes empresarios de España han escenificado unidad en una cumbre histórica que arrancó ayer con el objetivo de trasladar al Gobierno sus reivindicaciones y planteamientos ante la compleja reconstrucción económica que debe emprender el país con el fin de recuperar la confianza para la inversión y emprender el camino del crecimiento económico.

En el primer día de la cumbre, que se prolongará hasta el próximo día 25, los empresarios reclamaron al Gobierno grandes acuerdos políticos y sociales para emprender las reformas económicas que permitan a España abordar una crisis “muy dura” y de la que se va a tardar tiempo en salir. Las líneas maestras de las demandas de los empresarios al Ejecutivo son dar prioridad al mantenimiento y la creación de empleo, al tiempo que reclaman un entorno de seguridad jurídica. Por lo tanto, que no revoque la reforma laboral aprobada por el PP en 2012 y que no lleve a cabo la anunciada subida de impuestos.

En la inauguración de la cumbre empresarial, que comenzó ayer en CEOE, el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, reclamó la presencia de los empresarios en la reconstrucción económica y social, tras la pandemia del coronavirus. “Con lealtad institucional, pero con independencia, los empresarios daremos nuestra opinión sobre lo que necesita España”, subrayó Garamendi en la inaguración de la cumbre bajo el lema Las empresas españolas liderando el futuro.

Y el primero en hacer sus propuestas fue el presidente del Grupo Inditex, Pablo Isla, que reclamó al Gobierno que no derogue la reforma laboral que aprobó el Ejecutivo del PP en 2012, y que no suba los impuestos. Es decir que no lleve a cabo dos de las medidas que están contenidas en el programa electoral del acuerdo PSOE-Podemos. “Es necesario huir de dogmatismos e ideas preconcebidas” en las políticas para salir de la crisis. “Tan importante como las medidas que se tomen es no desmontar lo que está funcionando. No hay que revertir las reformas eficaces. La economía española lo que necesita es ser más flexible y competitiva, y no hay que introducir rigideces que sean negativas para la creación de empleo”, dijo el presidente de Inditex.

En defensa del empleo también, Isla afirmó que “es importantísimo no retirar o descafeinar antes de tiempo” las medidas que están ayudando a que no se destruya el tejido empresarial. Sobre todo, los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y los avales públicos que, a través del ICO, el Gobierno ha puesto a disposición de las empresas, fundamentalmente de las pymes, por un importe de 100.000 millones de euros. “Si se destruye el tejido empresarial es mucho más difícil reconstruirlo y tendría un impacto muy significativo en términos de empleo”, advirtió Isla. Los ERTE están ayudando a unas 500.000 empresas y 3,4 millones de trabajadores. Sobre todo, con la exoneración del pago de las cotizaciones sociales empresariales y el mantenimiento del empleo de los trabajadores, mientras cobran una prestación del paro. La presidenta de Santander, Ana Botín, coincidió con Isla en la defensa de los ERTE, como una instrumento legal “que ha evitado un colapso social” al preservar el empleo en las empresas afectadas. Sin embargo, recordó que, aun con esta protección, hay unos 6,5 millones de personas paradas, teniendo en cuenta además los trabajadores que no tienen la cobertura de los expedientes. “Debemos ser capaces de crear una oportunidad para este colectivo y que consiga un puesto de trabajo digno”, resaltó Botín.

También el presidente del BBVA, Carlos Torres, consideró “fundamental extender y flexibilizar los ERTE” para defender las empresas en crisis y el empleo. Y como Isla y Botín, Torres defendió que la recuperación “es una tarea que compromete a todos y lo tenemos que hacer todos unidos y en consenso, con el sentido de responsabilidad que requiere el momento que atravesamos”. Isla emplazó al Ejecutivo y a los partidos políticos a “abrir un debate sobre cómo generar más crecimiento económico, una base para aumentar los ingresos y en consecuencia mayor recaudación. Mucho más que subidas de tipos impositivos”. Isla recogió así una de las grandes demandas fiscales de los empresarios, como es la necesidad de potenciar la lucha contra el fraude fiscal, en lugar de subir los impuestos a las empresas. El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, dijo que la hoja de ruta del Gobierno para la transición energética puede ser “un buen catalizador de un nivel de inversión” para el impulso de la economía, aunque añadió que las empresas también necesitan “un marco normativo y una regulación fiables, y una fiscalidad atractiva”.

El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, apuntó, en una clara referencia al impuesto sobre las transacciones financieras, que ahora “es muy contraproducente que se pida al sector financiero esfuerzos extraordinarios con impuestos o requerimientos de diverso tipo que puedan incidir en su rentabilidad, porque el desarrollo de un país requiere que sus bancos sean rentables”.

(Noticia extraída de Expansión)