La ciberseguridad, el cambio climático o la reputación son aspectos clave, según KPMG

Si no quieren desaparecer, las compañías deben abandonar los enfoques cortoplacistas

El mundo se ha vuelto impredecible. Los cambios ocurren cada vez con mayor frecuencia y a mayor velocidad. Y la creciente interconexión ha hecho que el riesgo de verse afectado por alguno de estos cambios se haya vuelto exponencial. Por eso, saber identificar esos riesgos, gestionarlos e integrarlos en el plan de negocio se ha convertido, según analizaron varios socios de KPMG en Madrid, en una estrategia fundamental de las empresas, ya no solo para alcanzar el éxito, sino para sobrevivir en un entorno de enorme volatilidad. Según esta multinacional especializada en auditoría y asesoramiento fiscal, los riesgos que hoy acechan a las empresas son diversos y muy cambiantes, pero principalmente son todos aquellos relacionados con la ciberseguridad y la protección de datos, el medioambiente y los recursos naturales, los vaivenes geopolíticos y los cambios regulatorios, así como el fraude fiscal.

“Antes se hablaba mucho de evitar riesgos, pero hoy en día eso ya no parece una opción. Los riesgos están imbuidos en nuestro día a día y evitarlos es prácticamente imposible, por eso la clave debe estar en saber identificarlos, medirlos y convertirlos en una ventaja competitiva”, señaló Pablo Bernad, socio responsable de risk consulting de KPMG en Europa, Oriente Medio y África. No solo parecen inevitables, sino que además, explica Bernad, su naturaleza ha cambiado: antes eran mucho más estáticos y definidos, mientras que ahora son “tremendamente dinámicos”, lo que obliga a las empresas a cambiar las rígidas estructuras de gestión de riesgos, que se han demostrado “ineficientes”.

Pero eso no es todo. Para que las compañías sobrevivan también es imprescindible que cambien el horizonte temporal en el que se proyectan y que abandonen la mirada cortoplacista. “La vida media de las compañías ha decrecido mucho en los últimos 20 años porque, de tanto cortoplacismo, no han sido capaces de ver lo que se les venía encima en el largo plazo”, apuntó José Luis Blasco, socio responsable de gobierno, riesgo y cumplimiento de KPMG en España.

Esa falta de proyección se evidencia mucho, según Blasco, en las “enormes externalidades medioambientales” que durante décadas no se han tenido en cuenta. Añade que en la actualidad suponen uno de los mayores riesgos a nivel planetario y que la mayoría de empresas no están preparadas: “Esto va a afectar a las cuentas de resultados, pero el 69% de las mayores compañías españolas no tiene ni idea de cómo les va a impactar el cambio climático”, advierte.

Los ciberataques son otro de los riesgos más relevantes a los que se enfrentan las empresas y del que, según el responsable de KPMG en esta área, Marc Martínez, “no se libra ningún sector”. “Muchas empresas pensaban que la ciberseguridad no iba con ellos, que no eran un target de los atacantes”, apunta Martínez, quien indica que hoy cualquier robo de información puede tener un impacto muy negativo en la cotización de las compañías.

La interconectividad también ha hecho que las malas noticias se “expandan como la pólvora” y que por ello el riesgo reputacional haya cobrado mucho más peso. En ese sentido, Fernando Cuñado, socio responsable del área de dispute advisory service y arbitraje, apunta a la importancia de prevenir y combatir el fraude fiscal, la malversación de activos, y evitar litigios. Para ello, explica, la tecnología va a jugar un papel clave: “las técnicas de tratamiento masivo de datos van a ser una herramienta indispensable”, asevera.

(Noticia extraída de Cinco Días)