La llegada del trabajo a distancia mediante la ley aprobada en septiembre del año pasado supone un reto para la Inspección de Trabajo que se ha marcado como un “objetivo prioritario” para los próximos tres años la “vigilancia del cumplimiento de esta Ley”, según consta en el borrador del Plan Estratégico de la Inspección de Trabajo hasta 2023.
El documento recoge que la llegada del teletrabajo “podría contribuir, en algunos casos, a precarizar las condiciones de trabajo”. Otro de los objetivos prioritarios es controlar que ninguna empresa paga por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
Para atajar las posibles irregularidades en el trabajo a distancia, desde el Ministerio de Trabajo se procederá a revisar la normativa de la Inspección a fin de dotar de mayores herramientas legales a los inspectores. Así, según el borrador todavía en fase de discusión se procederá a cubrir necesidades “o vacíos legales”, aumentando las facultades para el control del teletrabajo. Un poder que incluirá el acceso a la “información de las bases de datos de las empresas”.
Problemas de salud
La preocupación de la Inspección por el teletrabajo no se limita a una posible “precarización de las condiciones de trabajo”, también controlarán los efectos sobre la salud de los trabajadores. Así, las empresas que utilicen en mayor medida el teletrabajo serán blanco de las futuras campañas monográficas dirigidas a vigilar el cumplimiento de las obligaciones en materia de seguridad y salud.
La Inspección equipara las empresas con trabajo a distancia a sectores que emplean productos con nanomateriales, a actividades en las que sean más frecuentes los riesgos psicosociales y a empresas que precisen de una gestión de la edad en el trabajo, también en el foco de campañas monográficas.
El control conlleva cambios en el propio funcionamiento de los inspectores, con la elaboración de un nuevo reglamento
Una tercera pata del control del teletrabajo se deriva de la voluntad del Ministerio de Trabajo de incrementar las inspecciones ex post para controlar el fraude ligado a los Ertes. Se elaborarán guías para orientar a los inspectores en las actuaciones de control, abordando la simultaneidad de trabajadores cobrando del Erte con un posible desempeño mediante teletrabajo.
Afrontar el control del teletrabajo no solo exigirá ajustar las normas que regulan el desempeño de la Inspección, además conlleva cambios en el propio funcionamiento de los inspectores, con la elaboración de un nuevo reglamento general sobre actuaciones y procedimientos. El primer cambio es la adaptación de los procedimientos y competencias para poder vigilar a los trabajadores que no están en el centro de trabajo, sino en su casa.
Control del SMI
Los salarios es otro de los grandes objetivos de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social entre 2021 y 2023. Muestra de ello es que aparece en primer lugar entre los 40 objetivos que articulan el Plan Estratégico. Y dentro de la vigilancia para que las empresas no paguen de menos, la Inspección velará para que no haya abonos inferiores a los pactados en convenio y que se aplique correctamente el salario mínimo interprofesional. Como muestra, ha iniciado una campaña entre los empleadores de trabajadoras de hogar. Para ello crearán una aplicación informática especial.
El Covid seguirá alterando a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. Primero, porque deberán asegurarse de que las condiciones sanitarias en los centros de trabajo son las adecuadas. A tal fin, mantendrán la habilitación que se les dotó el año pasado para actuar en materia sanitaria. Pero lo que más tiempo les robará es la voluntad de controlar a posteriori los posibles fraudes en procedimientos de “suspensión de contratos y reducción de jornada”. El plan reconoce que supondrá un “considerable esfuerzo en medios inspectores”.
(Noticia extraída de El Economista)